30 Avenue Montaigne
Adéntrese en el corazón de 30 Avenue Montaigne, esta “pequeña colmena” donde nació la leyenda de Christian Dior hace 75 años.
Empleados en la oficina de prensa, alrededor de 1950.
Durante los tres días que separaban la prueba de los vestidos y la presentación, Christian Dior creaba un informe de prensa que, en unas frases, explicaba el nombre de la línea. Al reducir a su esencia los modelos más destacados de la temporada, esta se definía a sí misma. Los accesorios (sombreros, cinturones, joyas, guantes, paraguas, etc.) también se describían en estas cuatro páginas, que proporcionaban una idea precisa de las características de la moda que proponía Christian Dior.
Robert de Maussabré y Jean-Claude Donati eran los encargados de las relaciones públicas. Unas semanas antes del desfile, la Chambre Syndicale de la Haute Couture enviaba la lisa de 600 periodistas franceses e internacionales acreditados. El departamento de prensa gestionaba las invitaciones, así como la disposición de los invitados, que solía cambiar hasta el último minuto.
Jean-Claude Donati, jefe del departamento de Prensa de Christian Dior, en su despacho, 1954.
Un gran plano del salón, que muestra la ubicación de las sillas numeradas, se iba rellenando con los nombres de los invitados. Tenían que distribuirse doscientas cincuenta personas entre dos salones y un rellano, y dejar sitio para que las modelos pasasen. La ubicación de cada invitado era un tema delicado de jerarquía que debía tener en cuenta la importancia del periódico o la revista, la fama del periodista, y las amistades y rivalidades entre ellos.
Unos días antes del desfile, la oficina de prensa se trasladaba a una pequeña sala con vistas al patio en el entresuelo para estar más cerca de los salones de presentación. Por orden de la Chambre Syndicale de la Haute Couture, la prensa no podía publicar dibujos ni fotografías de los nuevos diseños durante un mes para evitar el riesgo de copias y proteger a los compradores, que pagaban por el derecho exclusivo de reproducirlos.
Jean-Claude Donati en su despacho.
Las revistas también solicitaban acceso a los prototipos para sus reportajes fotográficos. Las sesiones de fotos solían hacerse de noche, cuando los prototipos no estaban en manos de los compradores ni de los clientes privados. Unas semanas más tarde, se encontraban en las páginas de publicaciones nacionales e internacionales, capturados por los mejores fotógrafos de la época.
Adéntrese en el corazón de 30 Avenue Montaigne, esta “pequeña colmena” donde nació la leyenda de Christian Dior hace 75 años.